por Eulogio López
Tomado de Hispanidad
“No se debe decir aquello lo que la gente no está dispuesto a creer, aunque sea cierto”.
hora mismo, no se debe emitir ni la más leve critica hacia Barack Obama, porque las multitudes pueden revolverse, rabiosas, con lo que peligraría tu integridad física. Y sin embargo...
Toda la parafernalia de la larguísima, interminable, toma de posesión de Obama como nuevo presidente de los Estados Unidos está resultando un canto a la egolatría. Hasta un obispo ha llegado a recordar que si Estados Unidos tiene un presidente negro la Iglesia ya está preparada para un Papa negro. La verdad es que la Iglesia siempre ha estado preparada para un Papa negro, cobrizo o mayo, considerando que el primer papa fue un pescador bastante obtuso de Galilea, una región con no mucho predicamento inserta en un pueblo de tercera división dentro del Impero Romano. Lo malo es que para nuestro buen obispo, su condición de miembro de la raza negra era más importante que su pertenencia al Cuerpo Místico. Es una cuestión de prioridades.
Ya he escrito que Obama tiene todo el aspecto de ser un bluf. Primero por su “sincretismo”, una de las marcas más lucidas del Anticristo, sea persona, institución, doctrina corriente. La religión universal, el todas los credos y culturas son iguales y lo único que importa es la tolerancia entre los mismos, a, uno de los mensajes favoritos de Obama, abre las puertas, de par en par, a la tiranía.
La segunda característica de la ceremonia de toma de posesión y del propio Obama, es el endiosamiento del líder. Aclamado por propios y extraños, nos encontramos ante el peor tipo de liderazgo: el liderazgo del vacío. Fue el primer concepto que empleo Sarah Palin para definir al entonces candidato democrática. Obama enardece a las multitudes sin decir absolutamente nada, salvo cuando se trata de decir barbaridades como la generalización del aborto o del homomonio, que es en lo único en lo que concreta. El resto es ambigüedad y equívoco:
“Podemos”. ¿Podemos qué? “Cambio” ¿En qué? ¿Hacia qué? “Somos uno” ¿Quiénes? ¿Con quién? ¿Para qué? “Os llevo conmigo a Washington”: ¿En el tren de Lincoln?
El entusiasmo aún durará, luego vendrá la desilusión, pero El Nuevo Orden Mundial (NOM) que al fin ha encontrado a su líder, le mantendrá en la cima el mayor tiempo posible. Quien se atreva a criticarle será masacrado o condenado al silencio -que es lo mismo- y quien se atreva a pedirle cuentas será acusado de crímenes inconfesables. Hasta su caída.
Obama es un charlatán, como afirma nuestra comunicante, pero es algo más que eso: es el futuro más granado de 200 años de modernidad, el resultado lógico de cuatro décadas de pensamiento débil, de premisas que no concluyen y de entusiasmo que no sacia y de esperanzas rotas.
Pura alegría.
0 comentarios:
Publicar un comentario