Este blog está optimizado para una resolución de pantalla de 1152 x 864 px.

Fragmento de Notre charge apostolique. S.S San Pío X (1910)
"No, Venerables Hermanos -preciso es reconocerlo enérgicamente en estos tiempos de anarquía social e intelectual en que todos sientan plaza de doctores y legisladores-, no se edificará la ciudad de modo distinto de como Dios la edificó; no se edificará la ciudad si la Iglesia no pone los cimientos y dirige los trabajos; no, la civilización no está por inventar ni la "ciudad" nueva por edificarse en las nubes. Ha existido y existe; es la civilización cristiana, es la "ciudad" católica. No se trata más que de establecerla y restaurarla sin cesar sobre sus fundamentos naturales y divinos contra los ataques, siempre renovados, de la utopía malsana, de la rebeldía y de la impiedad: Omnia instaurare in Christo."

2 de mayo de 2009

Id a Tomás. Principios fundamentales del pensamiento de Santo Tomás (17)





por Eudaldo Forment


Tomado de Gratis Date



17

La dependencia de la criatura





e la doctrina de la participación en el orden del ser también se derivan, además de la tesis tomista de la distinción real entre la esencia y el ser: la confirmación de la estructuración actopotencial del ente; la consideración de la finitud, no como un mal metafísico, sino como el modo de participar del bien; la contingencia de los entes participados; y también el carácter dependiente de las criaturas.

La creación, considerada desde las criaturas, no es más que «la misma dependencia del ser creado respecto del principio que la origina» (Summa Contra Gentes, II, c. 18). Lo que revela que la entidad participada implica su dependencia de la causa que le da el ser. La creación proporciona la verdadera entidad y situación de la criatura. Lo esencial de la noción de creación es la necesaria dependencia total a la causa que da el ser. Esta es la situación de toda criatura con repecto a Dios.

El ser, el constitutivo entitativo intrínseco y fundamental, origen de todas las perfecciones y de la misma existencia, no es algo que pertenezca propiamente a ningún ente. Todos los entes necesitaron de la acción de Dios para comenzar a ser y a existir, siguen necesitándola de modo ininterrumpido para continuar siendo.

El desconocimiento o la falta de reflexión sobre esta verdad metafísica, puede llevar a una posición érronea y muy peligrosa, el concebir el mundo o las criaturas en relación con Dios como un ente comparado con otro mayor. De tal manera que por grande que fuera la distancia entre ambos, siempre la criatura podría sumar su perfección a la de Dios.

La criatura, tal como la concibe Santo Tomás, por el contrario, no es reductible a un mismo género con el Creador. Nunca puede sumarse con Él. Todo el ser de la criatura depende de Dios. Su relación con el «Ipsum Esse Subsistens», con la Perfección incircunscrita, ilimitada, que encierra en sí toda perfección, que no puede ganar ni perder perfección alguna, es la de receptor de todas sus perfecciones.
*********
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del Doctor Común.

0 comentarios: