por Germán Rocca
Tomado de Argentinidad
odos los marzos me resulta inevitable manotear de la biblioteca algunos de los libros de don Gustavo Adolfo Martínez Zuviría, más conocido bajo el seudónimo de Hugo Wast. Será que siempre tengo presente que el 28 de ese mes del año 1.962 pasaba a mejor vida y me he acostumbrado a recordarlo ojeando y releyendo pasajes de su obra. La de su muerte es una de las pocas fechas que retengo en la cabeza.
Por eso es que hoy al ver el lomo de “Desierto de piedra” lo tomé y me puse a ver el año de la edición, la editorial y esas cosas. La mía es una edición de 1964, de la rosarina Editorial Apis, que forma parte de la Colección Argentina de la Biblioteca de Maestros del Idioma, impresa en los talleres de artes gráficas del Colegio Salesiano “San José”.
En la “declaración de propósitos” de los editores pueden leerse las intenciones de “… propagar la lectura de buenos autores, en ediciones lo más económicas posibles, en estos tiempos en que los libros están a precios casi prohibitivos. Y el segundo, facilitar a profesores y alumnos la enseñanza, la lectura y la asimilación de los autores”. Como es obvio, la primera intención esbozada no podía sorprenderme mucho, pero, por el contrario, la segunda lo hizo enormemente. Para llevar adelante tan pedagógica faena el texto cuenta con notas de carácter gramatical, filológico, semántico, lexicológico, histórico, geográfico, preceptivo-literario, etc..
Como ya dijimos, esta edición es de 1964. Tengamos en cuenta que Castellani, mucho antes de esta fecha despotricaba de la pésima educación nacional. En 1939 salía la primera edición de “La reforma de la enseñanza”, la que se compone de artículos fechados entre 1931 y 1938. En uno de los artículos allí recopilados Castellani, luego de recordarnos que hemos sido mantenidos en una “minoridad perpetua”, se lamenta en tanto hijos de una raza civilizadora hemos vendido nuestro bienes raíces, hemos desviado el cauce de la ninfa madre, que bañaba nuestras raíces en la napa congénita de la estirpe. Nos hemos quedado en seco. Hemos perdido la cepa. Hemos desgarrado lo que llamaba Cicerón la contextura de las edades superiores.
******
Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen.
0 comentarios:
Publicar un comentario