Santo Tomás Moro es hoy una figura olvidada pues es un incómodo referente para la clase política...
oenig nos recuerda que Santo Tomás Moro no sólo fue Lord Canciller de Inglaterra bajo Enrique VIII, sino también un hombre de leyes, un teólogo, un filósofo y un autor. Pero pese a todos sus talentos, Santo Tomás Moro es más recordado por su integridad.
La vida Santo Tomás Moro, y especialmente su muerte, son un tributo a su integridad. Cuando rehusó firmar el Acta de Sucesión que establecía que los hijos de Enrique VIII con su segunda esposa, Ana Bolena, eran herederos legítimos del trono, Enrique lo apresó, juzgó y finalmente decapitó. Santo Tomás sabía cuando rehusó firmar que perdería la vida, pero se mantuvo en su postura. «Muero como buen sirviente del rey, pero Dios es lo primero.» Dado que Santo Tomás Moro era a la vez un hombre de leyes y un político, seguramente que pudo haber concebido alguna vía de escape en el marco de la ley, pero su no disposición a ir en contra de su conciencia es un extraordinario ejemplo de integridad.
En nuestro mundo cada vez más centrado en sí mismo, la honradez y la integridad parecen a menudo tener poco valor. Todos los días oímos de robos, escándalos y mentiras a monumental escala.
Podemos empezar a preguntarnos si tiene algún sentido tratar de seguir siendo honrado. Santo Tomás Moro nos muestra que lo tiene, pues la integridad no es sólo algo que nos pongamos o quitemos conforme nos plazca. La integridad es una virtud para todas las estaciones.
Santo Tomás Moro es hoy una figura olvidada pues es un incomodo referente para la clase política.
Para una parte de ella por lo que significa como modelo de gobernante cristiano que basado en esos valores dirige a su pueblo con patriotismo por el camino del desarrollo. Y por otra como ejemplo de valentía , que por comparación deja en mal lugar a la mayoría de los políticos autodenominados de "inspiración cristiana" cuya principal característica es la cobardía y la continua claudicación de los principios.
Para muchos de nosotros Santo Tomás Moro pueda servir de ejemplo de capacidad de renuncia a una posición privilegiada, de valentía para aceptar los incovenientes que nos puede suponer el mantenimiento de nuestros principios, y de modelo de político al servicio de los intereses nacionales y de no somentimiento al poder tiránico, por más que este presente las formas de legalidad y mantenimiento del orden establecido, como representaba Enrique VIII en su tiempo.
M. Rubiales
Tomado de Arbil
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