El Buen Pastor (en las catacumbas romanas)
Serían tantas las razones para ser cristiano, que de entrada descarto la pretensión de ofrecerlas aquí todas. ¿Argumentos filosóficos? ¿Teológicos? ¿Morales? ¿Cosmológicos? Durante más de mil años, desde los Padres de la Iglesia, pasando por los Doctores y las Doctoras, se han dado argumentos: pero eso era en aquellos felices tiempos, cuando la gente pensaba o, al menos, no le salía urticaría por pensar.
En nuestra época, el ateísmo ha dejado de ser teórico, lejos están los tiempos de Epicuro; el ateísmo se ha tornado en ateísmo práctico, sin dejar de ser por ello la grosera apología del hedonismo que siempre ha sido. Así que, en consecuencia, mi cristianismo es tan práctico como la vida misma. ¿Por qué soy cristiano?
Pues tan sencillo como esto: Cristo me enseña a vivir. Y la vida del hombre sobre la tierra es milicia, así que Cristo me enseña a luchar. Y la vida del hombre sobre la tierra es amor, así que Cristo también me enseña a amar. Y la vida del hombre sobre la tierra es una continua aspiración a la felicidad, y Cristo me conduce a la felicidad. ¿Alguien da más? ¿Quién como Dios? -מיכאל
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Para leer el artículo completo haga click sobre la imagen del Buen Pastor.
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